La mayoría de las personas cuando comienzan a trabajar en una empresa sueñan con poder hacer crecer sus habilidades y carrera profesional, para de esta manera asumir más responsabilidades y llegar a desbancar, estar a la par de sus superiores o simplemente sentirse más útiles y agregar valor a la empresa. Sin embargo, no todos corren con la misma suerte de tener oportunidades de crecimiento; pero…¿por qué pasa esto?
Si un colaborador tiene un jefe verticalista, tradicional y siempre le está poniendo trabas para crecer, estaría padeciendo el Síndrome de Cronos, el cual su origen se remonta a la mitología griega.
Cronos, el dios del tiempo, era hijo de Urano (el cielo) y de Gea (la tierra), éste destronó a su padre y casado con su hermana Rea, asumió el reino de los dioses; pero, conociendo que estaba destinado a ser derrocado por uno de sus hijos decidió devorarlos a todos al nacer.
¿Y qué tiene que ver esa historia con el mundo actual? Que precisamente en el mundo empresarial así se le llama a la patología gerencial que se caracteriza por una acción deliberada de quien ocupa el rol de “jefe” al estancar o frenar a su colaborador por temor a ser sustituido o desbancado, dejando en evidencia sus conocimientos y habilidades.
Este síndrome surge del miedo que siente la persona (jefe) de perder poder, lo que la hará sentir sin duda una gran inseguridad, y así, quiere evitar que nadie pueda derrocarle.
Aquí te comparto algunas características de jefes “Cronos”:
No es empático ni cercano con sus colaboradores
Da órdenes en vez de involucrar a las personas
Siempre está en contra de las buenas ideas que puedan externar los colaboradores
Nunca habla de sus miedos o temores
Aparenta una actitud de seguridad interna
Ejerce el poder de cualquier forma notoria sólo para marcar superioridad
Jamás habla de equipo
En algún momento dado puede llegar a difamar a un destacado colaborador por su buen desempeño
Tiene un excesivo control por aspectos insignificantes
A sus superiores jamás les puede decir que “no”
Le cuesta mucho trabajo delegar en forma efectiva y motivar al equipo para el logro de resultados.
Se creen imprescindibles.
Él da si tu le das, sus acciones siempre son encaminadas a querer recibir una retribución de regreso por la otra parte. “yo te doy / tú me das”
Jamás alienta a sus colaboradores a postularse a una vacante superior
Piensa que cada persona le debe obedecer aún en sus más inverosímiles caprichos
Si te identificas con alguna de esas características y tienes a gente a tu cargo, es necesario que acudas a psicoterapia profesional para mejorar esos comportamientos y acercarte a desarrollar mejor tu liderazgo. Pero si te encuentras del otro lado de la moneda y eres tú el que ya estas cansado de lidiar con estos jefes que distan mucho de ser líderes, aquí te comparto algunas claves para no rendirte ante ellos.
1) Jamás vas a poder cambiar a las personas, así que lo mejor es tomar una actitud “comprensiva” sin dejar de reconocer tu personalidad y habilidades, esforzarte en desarrollarlas por tu cuenta y abrir nuevas posibilidades para ti, talvez tu lugar ya no es ahí y en otro lugar valorarán más tu perfil.
2) Compite en forma inteligente, destácate en obtener resultados tan extraordinarios que sobresalgan por si solos logrando resonancia de tu desempeño en otros niveles de la organización.
3) Realiza tu tarea con excelencia y establece vínculos de calidad con tus colegas, proveedores, clientes y otras áreas para crear tu red de contactos interna y externa, de esta forma, todas esas personas conocerán de primera mano la calidad de tu labor, más allá del jefe que tienes encima y que no te lo reconoce. De hecho esto puede ayudarte a cambiar de trabajo.
4) Evitar criticar a tu jefe, solo enfócate en hacer cada día mejor tu tarea, saca lo mejor de ti: primero por tu desafío propio, y luego, para aumentar la visibilidad de tus aportes y soluciones.
5) Mantén siempre una actitud profesional, es momento de poner a prueba tu inteligencia emocional. En una empresa podrías llegar a tener otras oportunidades o responsabilidades no sólo por tu jefe directo, sino por lograr que vean tu desempeño y tu potencial, puede que el área de recursos humanos, o un líder de otro sector valore tus habilidades y el rumbo cambie para algo mucho mejor.
Y si en el último de los casos, piensas renunciar, siempre juega limpio y controla la sed de venganza que pudieras tener para que te brinden una buena carta de recomendación y eso te ayude a encontrar un nuevo y mejor trabajo. Nunca te rebajes al nivel de replicar las actitudes que menos soportas de la gente, o más específicamente en este caso, de tu jefe.
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